Impresión de comida en 3D: presente y futuro del sector alimentario

La impresión personalizada de alimentos está revolucionando el sector alimentario. Gracias a esta tecnología es posible crear comidas partiendo de cartuchos que contienen versiones en polvo de varios ingredientes. El proceso es parecido al de una impresora 3D en el que al final se obtiene un plato elaborado medida según el gusto de cada consumidor, siendo capaz de elegir incluso la proporción de proteínas, carbohidratos, grasas, etc. Los platos finales son cada vez más elaborados pudiendo incluso llegar a preparar una pizza con todo detalle.

Los usos de la impresión de comida en 3D van mucho más a allá de sus aplicaciones iniciales como aquellas de alimentar a los astronautas en el espacio. Y es que, con total seguridad, podemos afirmar que estamos ante un mercado joven lleno de posibilidades. Una de las cualidades de la impresión de comida en 3D es la reducción de los desperdicios de alimentos, siendo uno de los desafíos globales para la próxima década la optimización en el consumo de alimentos. Con la impresión de comida en 3D usamos exactamente la cantidad necesaria de ingredientes para realizar nuestro plato, con un desperdicio nulo, permitiendo además planear mucho mejor nuestra dieta.

Solución a los problemas de escasez de alimentos

Las carencias nutricionales constituyen uno de los principales desafíos en la actualidad. La capacidad de la impresión de alimentos en 3D para controlar de forma precisa los nutrientes que contiene cada comida ayuda a solucionar este problema.Estas características indican que las impresoras 3D pueden tener acogida en países en vías de desarrollo donde hay una mayor población y mercados en crecimiento.

En España, la impresión de comida en 3D se está empezando a abrir camino. Ya hay establecimientos dentro de la hostelería que sirven este tipo de comida de forma habitual incluso llegando a ocupar un puesto destacado en su menú. Lo que empezó siendo una forma de alimentar adecuadamente a los astronautas en sus viajes ha evolucionado y se acerca cada vez más a ser parte del día a día de la rutina de muchas personas.

El reto que tienen por delante los fabricantes de las impresoras 3D de comida es la mejora de la funcionalidad. Al principio solo se podían fabricar snacks simples como galletas, pero ahora se ha sido capaz de preparar platos más complejos. Sin embargo, todavía falta camino para llegar al nivel de la cocina tradicional. Platos que parecen simples de elaborar como una ensalada todavía son un campo donde mejorar en la impresión de comida 3D.

Hándicaps principales

Los precios de las impresoras 3D de comida todavía son altos, aunque como todo, conforme vayan apareciendo nuevas tecnologías y empresas competidoras entre sí, este aspecto se reajustará automáticamente por las leyes del mercado. El tiempo de preparación también es un hándicap que juega en contra de estas máquinas. Como ha ocurrido con otras innovaciones relacionadas con la tecnología, el tiempo hará que las impresoras 3D de comida sean más accesibles para el público. Quizás en el futuro tengan su lugar en las cocinas de muchos hogares.

Fuente foto 1: Bee Hex
Fuente foto 2: 3Dnatives

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